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BUENO NO ES NOVEDOSO Y LO NOVEDOSO NO ES BUENO
SIDO, 23 de agosto de 2004
He seguido por un par de meses este sitio magnífico,
donde convergen tant@s que vivimos el "espíritu
del Opus Dei", por recomendación de un ex numerario.
Les escribo desde Latinoamérica, luego de haber pitado
como agregado en 1977 y salido como numerario en el 87, en
un país con una labor incipiente, pese a haberse iniciado
a finales de los 50`s: una residencia universitaria, un club
juvenil atendido medio día y la delegación,
nada más. Me tocó formar parte del primer consejo
local del club de bachilleres cuando finalmente se logró
establecer como centro, pero dada la escasez de miembros -a
eso lo atribuyo- pasé de agregado a numerario luego
de tres o cuatro años como agregado. Como la labor
era pequeña no habia mayor diferencia entre unos y
otros, los agregados éramos solo 2 o 3 y participábamos
con los numerarios en prácticamente todo. Debo reconocer
que cuando pasé a numerario ya habían unos 5
agregados que se apresuraron a felicitarme por tan importante
cambio de "status". Qué cosas se ven
.
Desconectado como he estado del "octopus dei" ha
sido una agradable sorpresa encontrar esta página,
donde la sinceridad es tan absoluta, donde realmente "no
se teme a la verdad aunque ésta acarree la muerte"
como diría alguien de cuyo nombre no quiero acordarme.
Se ve que pese al tiempo pasado bajo el puente, en el "lupus
dei" todo sigue igual, o casi igual, y ese casi me ha
llamado la atención, pues toca cosas que en mi época
eran intocables por formar parte de ese espíritu tallado
en piedra por el propio Dios, de quien lo había recibido
aquel de cuyo nombre no me quiero acordar, como un nuevo Moisés.
Me entero ahora que las numerarias pueden llevar pantalones!!
y se me viene a la memoria la película de JM. E. de
B. (ya me voy acordando del nombre, pero poco a poco) donde
nos hacia reír de una mujer que parecía llevar
el globo terráqueo enfundado en su pantalón.
Curiosa comparación que además a mí me
mostraba la diferencia entre ver y mirar, y por más
que yo lo intentaba cuando tenía la oportunidad, no
lograba borrar la profunda diferencia entre ambos hemisferios
de la que carece el globo terráqueo. ¿Y ahora
numerari@s. con apartamento? ¿y pueden participar en
la liturgia? ¿Tarjeta de crédito también?
Y en que quedaron mis renuncias y correcciones fraternas?
por lo que veo hasta se conectan a internet!!. Por lo que
he leído de oficiosos defensores de la institución,
lo único que no comparten con los cristianos corrientes
es el teléfono móvil y siguen acudiendo a su
custodio, pero lo que sí es para irse de espaldas,
es ver al Prelado Echeverría declarando que impedir
la libertad de confesión con cualquier sacerdote es
una violación a la libertad!!
Por eso me llamó la atención un correo de José
Carlos (26.07.04 creo) donde se pregunta si se puede
ser opusino sin pertenecer institucionalmente. Sí JC,
soy nuevo y ya eres para mí un referente.
Me trajo a la memoria un ex-numerario, quien recién
salido conversaba o se confesaba, con un dominico, hombre
cultísimo y reconocido en este país, quien le
dijo una cosa interesantísima: Fulanito, el opusdei
tiene cosas buenas y novedosas... lo malo es que las buenas
no son novedosas y las novedosas no son buenas!
En efecto, todo lo que tiene a su favor es que recoge las
prácticas de piedad que constantemente la Iglesia ha
enseñado a los fieles, todo lo malo las novedades que
JM E de B le agregó: la confesión con curas
propios, la censura previa de lecturas, la dirección
espiritual llevada por un laico sin mayor preparación
que saber leer una pila de criterios (me veo a mí mismo
recién salido de la adolescencia dirigiendo el alma
de otro adolescente...), el proselitismo feroz cebándose
en chicos inmaduros y llevado a cabo por otros iguales
y
tantas otras cosas que se han dicho en este sitio!
Pero no se debe confundir el sebo con la manteca, ni la gordura
con la hinchazón, como se dice en mi patria, lo bueno
son las prácticas perennes de la Iglesia, las que se
han practicado siempre en todas las familias cristianas sin
que eso sea propio del espíritu opusino, y lo propiamente
opusino, "su carisma fundacional" por decirlo de
alguna manera, es todo aquello que nos hizo alejarnos
algo de lo que hablaremos más adelante.
Decía José Carlos algo interesante también,
algo así como rescatar algo de esa ilusión inicial.
Bueno, no fue mi caso; yo no pite ilusionado, al contrario,
estaba aterrado que Dios mismo me pidiera que le entregara
la vida... y además de por vida, que si hubiera sido
a plazo seguramente no lo hubiera pensado tanto. Recuerdo
tanto las lecturas en la semi oscuridad de un oratorio...
"no esperes que baje un ángel del cielo y se arranque
una pluma para escribirte que tienes vocación..."
o algo por el estilo y eran las palabras de don JM EdeB mismo,
y mi amigo decía que Dios lo quería, y lo decía
el director del centro y lo decía el cura, una confabulación
con aires de ultimátum, divino pero ultimátum,
así que dije sí y esa noche pasé en mi
casa llorando, luego seguí allí porque para
donde? Si nuevamente el mismísimo fundador, no el embotellado
que otra cosa sería, decía que no quería
estar en los zapatos de quienes "traicionaban su vocación",
es que era una traición, caramba, y a los traidores
se les fusila!.
Luego en el consejo local vi lo mismo, era labor de bachilleres
y se les ponía a aquellos chicos entre la espada y
la pared, quien no está con El está en su contra!,
fuego hemos venido a poner en la tierra y que cosa queremos
sino que arda!! Y toda la parafernalia habida y por haber,
rodeada de ciertos rasgos misteriosos y secretos (vamos a
leer algo de unas revistas que tú no puedes leer, es
una actividad a la que tu no puedes ir
) que solo atizaban
las ansias de pertenencia, pero no el amor a Dios.
Esa "traición" a la vocación que
vaporiza a las personas en la más pura tradición
orweliana (¿habrá leido JM EdeB el libro 1984?)
siempre me dejaba confundido y asustado, tengo tan fresca
una tertulia en que el director, contando una excursión
decía: "
ibamos subiendo el sendero con...
(silencio) ya no me acuerdo con quien
cuando
"otro
vaporizado!, igual ocurría con el sub director del
club de bachilleres quien dando una charla sobre la fidelidad
en un retiro mensual le decía a los chicos: "y
por eso
todos esos que se han ido
(silencio),
bueno, ahora que lo pienso bien
esos pocos que se han
ido
", o la vez que un amigo al que trataba en la
universidad me preguntó por qué si había
labor desde fines de los 50´s había tan poca
gente y le dije la verdad, que muchos se iban. ¡Para
qué lo hice!, a los días me reclamaba que había
hablado con el cura del centro y le había negado lo
dicho, que si no se veía la gente era únicamente
porque estaban en otros países desarrollando la labor,
así que pasamos en la versión curil, de un país
necesitado de vocaciones a un auténtico exportador
de apóstoles modernos. ¿Mentía el cura
o mentía yo?. Podemos concordar en que la negación
de los hechos en función de los principios sí
es propio del espíritu del Opus Dei, es una constante
que todos vivimos y que en su momento todos reproducimos,
bien cortando hojas de Crónica y sustituyéndolas
por otras, bien cambiando textos del fundador de los libros
de meditaciones, bien diciendo que un ex numerario había
sido un chico de San Rafael, sin llegar a decir toda la verdad
en cuanto a que además también había
sido numerario.
Esa nefasta negación de la realidad sí que
es propia del espíritu del Opus Dei, parida por el
fundador; quizá muchos recuerden aquella película
en que el mismísimo JM EdeB gritaba: "les quitamos
hasta la camiseta
y no se van ni a patadas!!!"
¿Se acuerdan? ¿Mentía el San o mentía
la realidad? O quizá solo hacía uso de algo
que nos prohibían en el centro de estudios: usar las
restricciones mentales.
Cuando buscaba esta página, que no me acordaba de
la dirección, caí en un sitio oficiosamente
del "lupus dei", que se presenta como una opinión
personal, allí, husmeando encontré cosas increíbles.
Una persona le preguntaba si era cierto que no se permitían
cierto libros o lecturas, el oficioso responsable decía
algo así como: No es cierto, hay libertad absoluta,
claro que si alguno quiere consultar algo, no se le puede
impedir
y uno se pregunta: ¿miente este defensor
opusino? Y me acuerdo de mis exámenes universitarios
de literatura donde sacaba cero porque los textos de premios
nóbel no se podían leer bajo pena de pecado
por ser moralmente peligrosos y exponerse voluntariamente,
y recordaremos seguramente otra película del fundador
en que gritaba (cómo le gustaba gritar) cuando moviendo
su índice decía: "Cuando la Iglesia quitó
el Indice, yo puse el mío
", así que
¿mentía el San o el opusino? Quizá otra
vez ninguno, pues el opusino está usando de una restricción
mental, la página es una respuesta personal, y si él
no lo hace, puede responder sin ruborizarse que eso no ocurre,
pero no le ocurre a él, no se refiere a lo que nos
ocurría y seguramente sigue ocurriendo a los demás,
algo de eso, sin decirle claramente que usaba de restricciones
mentales, le hacía ver un participante. Así
que podemos afirmar que el uso de restricciones mentales,
es una práctica propia del espíritu opusino.
¿Qué otra cosa se puede afirmar que le es propio,
pues hemos visto dos prácticas usuales: la reconstrucción
de la realidad, más bien del pasado, y el uso de restricciones
mentales?
Lo más propio de esta institución, su rasgo
característico, es la llamada "santificación
del trabajo ordinario", ¿pero alguien sabe qué
es exactamente eso? El fundador hablaba que el hombre fue
creado para trabajar, así, sin excepciones. Recuerdo
haber leído a un dominico, quien decía que esa
afirmación no corresponde al magisterio perenne de
la iglesia, pues de acuerdo al Catecismo de la Iglesia, el
hombre fue creado para amar y servir a Dios en esta vida y
gozar eternamente de El en la otra, nada más, agregando
que la afirmación provenía de una mala lectura
del Génesis, pues no se lee que Adán fuera creado
para trabajar, sino que habiendo sido creado el hombre, luego
fue puesto por Dios en el Jardín del Edén para
que LO trabajara (el Jardín del Edén), no para
que trabajara, como usualmente comentaba el fundador, y ese
artículo gramatical crea una diferencia abismal.
Por otra parte, aunque aceptáramos la premisa inicial,
que Dios creó al hombre para trabajar, ¿cómo
se santifica ese trabajo?, ¿en qué consiste
la santidad? Sabemos ciertamente, salvo que alguien me corrija,
que la santidad corresponde al estado de gracia del alma,
y que el trabajo por sí solo no es canal de la gracia
de Dios, todo lo más es fuente de indulgencias parciales,
pero la gracia sólo la proporciona la frecuencia de
los sacramentos, particularmente la eucaristía y la
penitencia
entonces en qué queda el trabajo?
Cuando una vez pretendí, siguiendo aquel punto de Camino
que el director me dejara quedarme estudiando en lugar de
hacer mi media hora de oración de la tarde, solamente
me gané una reprimenda por mi falta de amor a Jesús
en la Eucaristía. ¿Entonces? Ni el trabajo bien
hecho y ofrecido a Dios puede ser fuente de gracia divina
en el alma, que solamente proviene, en la Iglesia de los méritos
del sacrificio de Cristo, dispensada por la Iglesia a través
de los sacramentos y atención: por conducto del ministerio
sacerdotal, y éste es otro punto toral.
La Iglesia, ayer y hoy, es jerárquica, y el sacerdocio
es el medio para la celebración de los sacramentos
dispensadores de la gracia (salvo el matrimonio, curiosa excepción
y digo curiosa porque simultáneamente la Iglesia niega
la participación de la mujer en el sacerdocio, pero
le otorga el carácter de co-ministro en este único
caso). Pues bien, al ser jerárquica, y jerarquía
establecida en función de la participación en
el sacerdocio de Cristo, mayor para los obispos y descendiendo
los sacerdotes, diáconos, hasta la base de los fieles
laicos que únicamente participan del sacerdocio común
otorgado por el bautismo, la participación de los laicos
solamente puede producirse enmarcada y supeditada al sacerdocio
ministerial, de allí que el OD, solamente tiene cabida
en la Iglesia como Prelatura, es decir como un obispo y su
presbiterio (Prelatura Personal de la Santa Cruz) a la cual
se adhiere una asociación de fieles (y Opus Dei) que
se comprometen a colaborar con el apostolado del Prelado y
su presbiterio, con lo cual, jurídicamente y siguiendo
la doctrina de siempre, lo que importa para la Iglesia, es
el sacerdocio, no los laicos y es a ése específico
presbiterio al que compete el apostolado de la santificación
del trabajo. Es curioso que la página oficial del "octopus
dei", diga que la santidad es hacer las cosas según
Jesucristo y que santificar el trabajo sea similar, trabajar
como lo haría Jesucristo, cuando en realidad todo eso
es insuficiente si no existe gracia de Dios obtenida por los
sacramentos y que se dispensan básicamente por intermediación
del clero, hecha la salvedad del matrimonio, en la página
oficial del "lupus dei"
¿Entonces en que queda la vocación laical y
secular? Recuerdo que en el octopus dei, hablando de la prelatura,
salían al paso diciendo que habían tenido que
hacer pasar lo accesorio como si fuera lo principal para tener
cabida en la Iglesia, y no podía ser otro modo, todo
experimento para otorgar al laicado un papel extraño
al modelo jerárquico ha acabado en herejía o
ha sido finalmente asimilado al esquema jerárquico,
pero esa expresión es importante, ¿qué
querían decir? Acaso que a pesar de ser la Iglesia
Jerárquica la forma querida por Dios para dispensar
la gracia, Dios había establecido otra forma y hubo
que aceptar la primera sólo porque no había
más remedio? Es que el Opus Dei tuvo que condescender
con la Iglesia, aunque Dios quería otra cosa?
Lo que nos lleva a una reflexión que para mí
siempre fue un misterio: ¿en qué momento la
vocación laical se transformaba en una vocación
sacerdotal para los numerarios que se ordenaban? ¿O
los numerarios (y agregados) sólo tienen una vocación
secular y no laical que les permite ordenarse? ¿O se
ordenan sin vocación y sólo por obediencia?
¿Si el sacerdote es llamado a su ministerio por vocación,
que hacen en la asociación de fieles llamada Opus Dei,
que presupone una vocación laical? Alguien sabe si
es cierto que para la Iglesia, los numerarios son jurídicamente
seminaristas y por eso los estudios internos de filosofía
y teología, así como algunos Colegios Mayores
cuyo director es cura?, eso sería coherente con el
esquema de la Iglesia, sin embargo a mí nunca me dijeron
nada de eso, ni se dice actualmente.
Alguna vez en el centro de estudios, nos leían en
el Catecismo de la Obra (otra nota curiosa para los que ven
al "lupus" como una iglesia paralela: qué
otra institución de la Iglesia tiene un catecismo,
excepto la propia iglesia?) y una pregunta se refería
a si los curas del Opus Dei eran vocaciones tardías,
se decía que no por alguna respuesta que nunca me resultó
creíble y ahorita no recuerdo. De tal manera que lo
específicamente "visto" por JM EdeB, que
no vio los curas, según declaración propia,
no se enmarcaba ni se enmarca dentro de la Iglesia, y tuvo
que hacer pasar lo accesorio por lo principal para que la
Iglesia "de Dios" aceptara la nueva vocación,
algo así como que el Creador se tomó el pelo
a sí mismo
, pues a fin de cuentas, la vocación
laical se transforma en clerical para que los laicos sean
santos, algo que la Iglesia ha hecho siempre
siempre
siempre, de hecho muchos laicos antes del OD, siguiendo las
sugerencias de su director espiritual, ofreciendo su trabajo,
viviendo heroicamente las virtudes y frecuentando los sacramentos,
¿cuál fue la novedad?
Aparentemente que, para hacer eso que se había hecho
siempre, ahora además, había que tener una vocación
específica; una vocación laical que podía
culminar en una vocación sacerdotal
honestamente
no entiendo.
Con lo cual esto, tan propio del pensamiento opusino, resulta
que tampoco lo es tanto, lo que realmente le es propio es
esa vocación transformista, que salta de lo laical
a lo secular. Cuánta razón tenía el dominico:
lo bueno no es novedoso y lo novedoso no es bueno.
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