J.M.
Escrivá de Balaguer:
"Piensa como Cristo y vive como Dios"
Por: Bernardo González Solano
9-10-2002
Publicado en Siempre! - México
Ni duda, hay que reconocer que existen personas con suerte,
incluso después de morir. Personas que saben utilizar,
a fondo, las relaciones públicas en todos los sentidos.
Uno de ellos fue, indudablemente, Josemaría Escrivá
de Balaguer y Albás, marqués de Peralta, cuyo
blasón propuso la revista satírica española
La Codorniz, era un obispo rampante sobre campo de gules y
la leyenda: "Piensa como Cristo y vive como Dios",
que en realidad se llamó José María Escriba
Albás, fundador de la famosa y discutidísima
Opus Dei (Obra de Dios), el sacerdote de origen español
(nació en Barbastro, Aragón, el 9 de enero de
1902, hijo de José Escrivá y Corzán y
de Dolores Albás Blanc), sería santo desde el
domingo 6 de octubre, una vez que el papa Juan Pablo II lo
canonizara en una misa solemne, en la Basílica de San
Pedro, en Roma, a la que se calcula asistirían hasta
400 mil personas, procedentes de 84 países, incluyendo
México que estaría presente con aproximadamente
18 mil a 20 mil opusdeístas o simplemente católicos
de este país que son fieles a los trabajos de la "obra"
y de la vida del nuevo santo, que lo sería, insólitamente,
apenas 27 años después de su muerte, ocurrida
el 26 de junio de 1975.
Este proceso de canonización, que ha roto todas las
marcas anteriores por su rapidez, fue decidido desde su inicio
por el actual Papa, que por cierto es el Sumo Pontífice
que más santos ha canonizado durante su encargo papal
en toda la historia de la Iglesia Católica Apostólica
Romana, y ha dejado en el camino otros procesos de canonización
como el de la reina Isabel I de Castilla (conocida popularmente
como Isabel la Católica, nada menos), que murió
en 1504, cuyos admiradores (que no adoradores) querían
conmemorar en el año 2004 el quinto centenario de la
muerte de la soberana española que, junto con su esposo,
Fernando de Aragón concluyeron la unidad de España
en 1492 y acordaron, por decreto, la expulsión de moros
y judíos, además de crear la Inquisición.
Este propósito está congelado en la Santa Sede
casi desde que se inició en 1958, incluso la cuarta
parte de los prelados de la Conferencia Episcopal Española
no considera claro que quien expulsó de España
a moros y judíos, además de impulsar la tenebrosa
Inquisición, suba a los altares. En tales circunstancias,
aunque el pasado franquista y derechista de Escrivá
de Balaguer le ha creado infinidad de enemigos y críticos,
todo esto se salvó en el Vaticano y el proceso de canonización
debería consumirse el domingo 6 de octubre.
Tan insólito proceso de canonización nunca
será logrado por otro sacerdote español. En
realidad nació en Bilbao, por lo que los católicos
nacionalistas ascos se adjudicarán como propio, pues
así procede, tan famoso como el padre Pedro Arrupe,
que entre 1965 y 1983 fue, nada menos, que el General de la
Compañía de Jesús. La personalidad de
Arrupe, a semejanza de la Escrivá de Balaguer (aunque
con menos suerte), sigue despertando sentimientos encontrados
en el seno de la Iglesia e, incluso, de su misma congregación.
Sin embargo, con la perspectiva del tiempo, superada la intensa
agitación política y social vivida durante los
años de su mandato al frente de los jesuitas, los seguidores
de San Ignacio de Loyola, otro vasco, agitación que
afectó de manera singular a la propia Iglesia, después
de los Concilios Vaticano I y II, el padre Arrupe (testigo
de la explosión nuclear en Hiroshima) se revela en
forma natural, con mayor claridad, como una de las personalidades
religiosas fundamentales del siglo XX. Pero, en la carrera
a los altares, le ganó, con mucho, Josemaría
Escrivá de Balaguer.
Así son las cosas. El año pasado, al cumplirse
los primeros 10 años de la muerte del padre Arrupe,
varias provincias jesuíticas de todo el mundo pidieron
a la Congregación General de la Compañía
de Jesús que dé los pasos necesarios para solicitar
la apertura del proceso de beatificación. Apenas.
Para marcar las diferencias entre un nuevo santo y otro que
apenas podría ser beatificado, sin ninguna fecha en
concreto, hay que decir que para que una causa de santificación
tenga éxito se necesitan requisitos que no se cumplen
en el caso de Isabel la Católica, tales como la existencia
de una devoción popular y la certeza de que es objeto
de rezos y peticiones.
Al respecto, el monseñor romano Flavio Capucci, del
Opus Dei, postulador oficial de la exitosa y veloz causa de
canonización del fundador del Opus Dei, explica: "Sin
esas condiciones, una causa no tiene posibilidades",
y pondera lo que sí había ocurrido en la causa
de santificación de Escrivá: "No sólo
fue santo él, sino que fue padre y maestro de santos".
Para que se entienda mejor el peso de la "Obra"
en el Vaticano, debe saberse que el Opus Dei lleva muy adelantadas
las causas de beatificación de siete de sus miembros
y pronto iniciará la del sucesor de Escrivá
al frente de la Prelatura, Alvaro Portillo, cuya madre fue,
por cierto, una mexicana, mientras que la del padre Arrupe
apenas se iniciará.
En este sentido, monseñor Capucci agregó: "Tras
la beatificación (de Escrivá, que tuvo lugar
en mayo de 1992, por Juan Pablo II que sería el mismo
papa que lo canonizara) han desaparecido las polémicas
y este clima tranquilo se debe a que para los católicos
las canonizaciones hay que creerlas sobre la base de la infabilidad
pontificia. Cualquier católico tiene conciencia de
que el santo es un modelo para todos los cristianos y que
no se le puede considerar una figura problemática o
conflictiva".
Es indudable que el Opus Dei está aumentando su poder
en el Vaticano y una prueba de ello es que cuenta con la simpatía
de 51 cardenales de la Iglesia católica, según
asegura el teólogo y periodista Peter Herzel. Pese
a que la organización sólo cuenta con un purpurado
en sus filas, apenas la "Obra" consiguió
que uno de sus miembros alcanzara el capelo cardenalicio el
año pasado, 21 de los 128 cardenales electores, responsables
de elegir al próximo papa, se muestran abiertamente
como amigos del Opus.
La cercanía del Opus Dei en el actual Papa se ha manifestado
en varias ocasiones. Por ejemplo, pocos meses después
de su elección papal, en 1978, Juan Pablo encargó
a la Congregación de Obispos el estudio de la petición
del Opus Dei para convertirse en diócesis y pese a
las considerables resistencias y discrepancias, el 8 de noviembre
de 1982, Juan Pablo II proclamó oficialmente la elevación
a la prelatura personal. Caso insólito, pues así
la organización de Escrivá se convirtió
en una diócesis extraterritorial (prelatura nullius)
en una iglesia dentro de la Iglesia, lo que marcó,
de hecho, su escalada al Vaticano.
El Opus Dei es una asociación religiosa aprobada en
1947 como institución secular. La profesión
de votos religiosos no hace abandonar a sus miembros la vida
secular, en busca de una mayor incidencia social, lo que ha
conllevado problemas en algunos países (Gran Bretaña,
Alemania), donde sus métodos han sido acusados de sectarios.
Se ha dirigido especialmente a los cuadros profesionales
superiores, dedicando gran atención a los centros educativos
de alto nivel (Universidad de Navarra, España; Instituto
Obrero de Culiacán, México, así como
a otros centros universitarios en la Ciudad de México,
donde llegó desde 1949, representado por el sacerdote
español Pedro Casiaro. En este país se calculan
entre 8 a 10 mil personas las que forma parte del Opus Dei,
entre ellos algunos propietarios de medios de comunicación,
Stratmoore College, Kenia, dividida en dos ramas, masculina
y femenina, independientes y separadas y extendida por todo
el mundo, con más de 85 mil miembros.
Postula el pluralismo político, pero la actuación
de sus militantes se ha caracterizado por la defensa del mercado
libre, desde posturas tecnocráticas afines a los partidos
demócrata-cristianos, cuyo avance en Europa y en otras
partes del mundo es evidente.
Mientras son peras o manzanas, el hecho es que el Opus Dei
ha crecido bajo el amparo del papa Juan Pablo II y, actualmente,
tiene aproximadamente 500 universidades y escuelas en 87 países;
694 periódicos y revistas; 52 estaciones de radio y
televisión; 12 sociedades de producción de cine
y varios de sus miembros han estado involucrados en escándalos
financieros. Sólo por decir algo, su cuartel general
en Manhattan, Nueva York, costó 42 millones de dólares.
Josemaría Escrivá de Balaguer es nuevo santo.
Cuyo libro principal Camino, escrito en 1938, en sus distintas
ediciones suma ya más de cinco millones de ejemplares.
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