CONTRAPUNTOS AL CAMINO DEL
OPUS DEI
Autor: Mosén Josep Dalmau
INFANCIA ESPIRITUAL
Punto 852. Procura conocer la "vía
de infancia espiritual", sin "forzarte" a seguir
ese camino. -Deja obrar al Espíritu Santo.
Contrapunto. "Procura abandonar la vía
de infancia espiritual". Sin "forzarte", eso
sí. Demasiado tiempo ha vivido el hombre en un ambiente
infantil. Hay que pensar ya en abrir rutas de espiritualidad
adulta.
Punto 853. Camino de infancia. -Abandono. -Niñez
espiritual. -Todo esto no es una bobería, sino una
fuerte y sólida vida cristiana.
Contrapunto. Camino de infancia. Abandono. Niñez
espiritual. El hombre ha tomado ya la iniciativa y no puede
abandonarla sin traicionarse a sí mismo.
Punto 854. En la vida espiritual de infancia las
cosas que dicen o hacen los "niños" nunca
son niñerías y puerilidades.
Contrapunto. Las cosas que dicen los niños
con relación a la vida espiritual suelen ser puras
niñerías y soberanas puerilidades. ¿Qué
saben ellos aún del pecado del hombre y de la lucha
titánica por salvado?
Punto 855. La infancia espiritual no es memez espiritual,
ni "blandenguería": es camino cuerdo y recio
que, por su difícil facilidad, el alma ha de comenzar
y seguir llevada de la mano de Dios.
Contrapunto. Después de los descubrimientos
de Freud, el hombre es capaz de liberarse muchas veces de
sus represiones emocionales, y ve abiertas las puertas hacia
una madurez y una autonomía que tenía cerradas
hasta ahora. El "camino de infancia)} -ya lo dice la
misma expresión- radica en las dependencias profundas
emocionales infantiles que persisten en la edad adulta. Ya
hace tiempo que pasamos el Rubicón. Más que
de infancia espiritual hemos de hablar de espiritualidad adulta.
¡Ya está bien de historias!
Punto 856. La infancia espiritual exige la sumisión
del entendimiento, más difícil que la sumisión
de la voluntad. -Para sujetar el entendimiento se precisa,
además de la gracia de Dios, un continuo ejercicio
de la voluntad, que niega, como niega a la carne, una y otra
vez y siempre, dándose, por consecuencia, la paradoja
de que quien sigue el "Caminito de infancia", para
hacerse niño, necesita robustecer y virilizar su voluntad.
Contrapunto. La infancia espiritual exige la sumisión
del entendimiento, entre otras cosas. ¿Pero se puede
frenar el pensamiento honestamente desde fuera por una fuerza
ajena a su naturaleza? ¿No es un fenómeno vital
de dialéctica interna? El diálogo promulgado
universalmente por el Concilio hace seis años, ¿no
puso en rodaje unas fuerzas de iniciativa, contrarias a la
sumisión por simple autoridad gubernamental? La fuerza
de la voluntad no puede estar destinada a sofocar o a sujetar
el entendimiento por sus caminos de lógica. Algo muy
diverso está exigiendo una vida de espiritualidad adulta.
Punto 857. Ser pequeño: las grandes audacias
son siempre de los niños. -¿Quién pide...
la luna? -¿Quién no repara en peligros para
conseguir su deseo? "Poned" en un niño "así",
mucha gracia de Dios, el deseo de hacer su Voluntad (de Dios),
mucho amor a Jesús, toda la ciencia humana que su capacidad
le permita adquirir... y tendréis retratado el carácter
de los apóstoles de ahora, tal como indudablemente
Dios los quiere.
Contrapunto. Las grandes audacias de la fe nacidas
de la ignorancia están destinadas al más estrepitoso
fracaso. La Luna no es un queso o una pelota; es el primer
objetivo científico que permitirá al hombre,
tal vez, escapar de su prisión en la tierra. Que Dios
nos ampare si la fe ha de andar por estos caminos de santa
-¿o diabólica?- inocencia. Menos mal que ésta
no es la voluntad de Dios.
Punto 858. Sé niño. -Más aún.
-Pero no te me plantes en la "edad del pavo": ¿Has
visto algo más tonto que un chiquillo "hombreando",
o un hombre "niñoide"? Niño, con Dios:
y, por serlo, hombre muy viril en todo lo demás. -
Ah!: y deja esas mañas de perro faldero.
Contrapunto. ¡Deja de ser crío de una
vez, caramba! Todo lo que pueda significar traspasar tu seguridad
o responsabilidad a Dios está hoy en crisis. Llamar
a Dios "Señor" y tomar tú una actitud
de siervo servil -antes se llamaba fiel-; llamar a Dios "Pastor"
y tomar tú aires de cordero desvalido, etcétera,
responde a una época cultural que se encuentra ya dando
las últimas boqueadas; respondía otrora a una
realidad sociológica indiscutida. Hoy el señor
es odiado y el pastor -¡ahí tenemos al gran Charles!-,
abandonado. Hemos de traducir a niveles de trascendentalidad
los nuevos modos de conducta individual y colectiva del hombre
cibernético y nuclear.
Punto 859. A veces nos sentimos inclinados a hacer
pequeñas niñadas. -Son pequeñas obras
de maravilla delante de Dios, y, mientras no se introduzca
la rutina, serán desde luego esas obras fecundas, como
fecundo es siempre el Amor.
Contrapunto. No te dejes llevar por cándidas
inclinaciones; son rebrotes de fantasía mágica
infantil. Se trata de emprender obras que sean fecundas. Y
las niñerías no lo son.
Punto 860. Delante de Dios, que es Eterno, tú
eres un niño más chico que, delante de ti, un
pequeño de dos años. Y, además de niño,
eres hijo de Dios. -No lo olvides.
Contrapunto. Si el hombre fuera un simple niño
chico delante de Dios, Éste no se habría tomado
tan seriamente el quehacer de salvarlo. ¡Y de la manera
que lo hizo! "No sois siervos sino amigos", nos
dijo en su testamento de despedida. Somos imagen y semejanza
suya; por esto le es tan fácil al hombre confundirse
y tenerse por Dios.
Punto 861. Niño, enciéndete en deseos
de reparar las enormidades de tu vida de adulto.
Contrapunto. Hombre, apaga de una vez los deseos de
tornar cobardemente a la infancia para poner a cubierto la
tragedia de haberte hecho hombre.
Punto 862. Niño bobo: el día que
ocultes algo de tu alma al Director, has dejado de ser niño,
porque habrás perdido la sencillez.
Contrapunto. Niño bobo: el día que comiences
a dudar de que el "director" tenga un remedio infalible
para todo y lo veas también un pobre hombre como tú,
habrás dejado atrás tu infancia para iniciar
el camino de la madurez.
Punto 863. Niño, cuando lo seas de verdad,
serás omnipotente.
Contrapunto. Chiquillo, mientras sigas ahí
estacionado, serás siempre un mamoncete.
Punto 864. Siendo niños no tendréis
penas: los niños olvidan en seguida los disgustos para
volver a sus juegos ordinarios. -Por eso, con el abandono,
no habréis de preocuparos, ya que descansaréis
en el Padre.
Contrapunto. Los niños no hay día que
no lloren. Son un hato de gemidos. Llegan a hacerse cargantes
con sus impertinencias. Procura no hacer un papel semejante
en la vida religiosa. Dios no es un chaval. Déjalo
un poco tranquilo.
Punto 865. Niño, ofrécele cada día...
hasta tus fragilidades.
Contrapunto. El abandono espiritual ha llegado a preocuparme
en la mayoría de los que dicen que lo practican. Diría
que se sirven de él como el que se cubre la cabeza
con la manta cuando ve llegar la tormenta. Confianza en la
Vida, sí. ¡Pero esto otro, no, tú!
Punto 866. Niño bueno: ofrécele el
trabajo de aquellos obreros que no le conocen; ofrécele
la alegría natural de los pobres chiquitines que frecuentan
las escuelas malvadas...
Contrapunto. No está bien que te entretengas
jugando a ofrecer a Dios el trabajo y la alegría de
los otros. Ofrécele lo tuyo. Procura trabajo y esparcimiento
a aquellos que no lo tienen. Lucha por ellos en vez de vivir,
espiritualmente y todo, de ellos.
Punto 867. Los niños no tienen nada suyo,
todo es de sus padres..., y tu Padre sabe siempre muy bien
cómo gobierna el patrimonio.
Contrapunto. El concepto del padre de familia que
está encerrado en las páginas evangélicas,
en el que se apoya el método del "camino de la
infancia espiritua", se ha esfumado también entre
nosotros. En otro tiempo el padre era todo y el hijo no era
nada. El abandono en él era simplemente fatal. Hoy
los psicólogos nos enseñan que el hijo empieza
a ser y a tener antes de nacer. Que no es igual, ¿no?
Punto 868. Sé pequeño, muy pequeño.
-No tengas más que dos años de edad, tres a
lo sumo. -Porque los niños mayores son unos pícaros
que ya quieren engañar a sus padres con inverosímiles
mentiras. Es que tienen la maldad, el "fomes" del
pecado, pero les falta la experiencia del mal, que les dará
la ciencia de pecar, para cubrir con apariencia de verdad
lo falso de sus engaños. Han perdido la sencillez,
y la sencillez es indispensable para ser chicos delante de
Dios.
Contrapunto. La sencillez es indispensable para ser
grande delante de Dios y delante de los hombres. Pero esta
sencillez, fruto de una honradez a toda prueba, no tiene nada
que ver con la infancia o con el ser un mocoso. Supone una
objetividad, un realismo, que está completamente ausente
de la retina mágica del chiquillo.
Punto 869. Pero niño!, ¿por qué
te empeñas en andar con zancos?
Contrapunto. Hombre, sí, pero esto no quiere
decir que no te hayas de servir de algún chirimbolo
ortopédico. Perfecto, no, ¡eh! El pecado sigue
existiendo también.
Punto 870. No quieras ser mayor. -Niño,
niño siempre, aunque te mueras de viejo. -Cuando un
niño tropieza y cae, a nadie choca...: su padre se
apresura a levantarle. Cuando el que tropieza y cae es mayor,
el primer movimiento es de risa. -A veces, pasado ese primer
ímpetu, lo ridículo da lugar a la piedad. -Pero
los mayores se han de levantar solos. Tu triste experiencia
cotidiana está llena de tropiezos y caídas.
¿Qué sería de ti si no fueras cada vez
más niño? No quieras ser mayor. -Niño,
y que, cuando tropieces, te levante la mano tu Padre-Dios.
Contrapunto. A pesar de todo, conviene tener la voluntad
titánica de llegar a ser perfecto. Conozco personas
maduras -ojalá todos fuéramos como ellas- que
gastan todo el dinero que tienen para conseguir... "un
día"... tener el control de todas sus emociones
y mecanismos básicos. Pero es curioso. Estas personas,
si hacen servir imágenes y conceptos sacados de sus
primeros tiempos, es para verse todavía ligado con
comportamiento análogos y para ser capaces de cortar
estos cordones umbilicales de la infancia y llegar a ser adultos.
¿No te das cuenta de que son dos maneras contrarias
de interpretar la vida?
Punto 871. Niño, el abandono exige docilidad.
Contrapunto. El método es tan importante -y
me refiero también al de la infancia espiritual-, que
han de inventarse continuamente otros nuevos para poder seguir
adelante.
Punto 872. No olvides que el Señor tiene
predilección por los niños y por los que se
hacen como niños.
Contrapunto. Cristo tenía predilección
por los pobres y por los perseguidos por causa de la justicia.
Los niños no aparecen en la carta fundacional de las
bienaventuranzas.
Punto 873. Paradojas de un alma pequeña.
-Cuando Jesús te envíe sucesos que el mundo
llama buenos, llora en tu corazón, considerando la
bondad de El y la malicia tuya: cuando Jesús te envíe
sucesos que la gente califica de malos, alégrate en
tu corazón, porque El te da siempre lo que conviene
y entonces es la hermosa hora de querer la Cruz.
Contrapunto. Amargarte la existencia cuando la vida
te proporciona algún consuelo y llorar porque no te
sientes digno de ella, es propio de un alma mezquina, lisiada.
Dios no nos envía cosas buenas para que pensemos entonces
en la cruz. ¿No es más correcto afrontarla serenamente
como podamos, cuando llega el caso?
Punto 874. Niño audaz, grita: Qué
amor el de Teresa! - Qué celo el de Xavier! - Qué
varón más admirable San Pablo! - Ah, Jesús,
pues yo... te quiero más que Pablo, Xavier y Teresa!
Contrapunto. ¿Te has fijado cómo cada
santo tiene su característica? Una santa Teresa, un
Xavier, un Pablo... Los niños sólo son capaces
de copiar. Pero si quieres ser adulto, déjalos y recorre
tu propio camino hacia la santidad. Créeme. Sólo
así la santidad tiene alicientes y grandes compensaciones
ocultas.
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