CONTRAPUNTOS AL CAMINO DEL
OPUS DEI
Autor: Mosén Josep Dalmau
OBEDIENCIA
Punto 614. En los trabajos de apostolado no hay
desobediencia pequeña.
Contrapunto. La obediencia no tiene más importancia
en la sociedad religiosa que en la civil, sea en el mundo
económico, en el militar o en el jurídico.
Punto 615. Templa tu voluntad, viriliza tu voluntad:
que sea, con la gracia de Dios, como un espolón de
acero. -Sólo teniendo una fuerte voluntad sabrás
no tenerla para obedecer.
Contrapunto. Hay que tener, eso sí, bien templada
la voluntad, porque en un momento dado tendrás que
jugarte la vida a cara o cruz para obedecer a tu conciencia:
que no siempre coincide con la obediencia a tu superior.
Punto 616. Por esa tardanza, por esa pasividad,
por esa resistencia tuya para obedecer, cómo se resiente
el apostolado y cómo se goza el enemigo!
Contrapunto. A veces la historia, los hombres y la
misma Iglesia han tenido que agradecer la resistencia y la
desgana del pueblo para obedecer a sus superiores. En el siglo
IV moralmente toda la jerarquía española cayó
en el arrianismo, pero el pueblo se mantuvo fiel a su fe.
Punto 617. Obedeced, como en manos del artista
obedece un instrumento -que no se para a considerar por qué
hace esto o lo otro-, seguros de que nunca se os mandará
cosa que no sea buena y para toda la gloria de Dios.
Contrapunto. La seguridad de que nunca se nos mandará
nada que no sea bueno y para gloria de Dios no nace de la
fe, sino de una boba credulidad. La misma imagen de instrumento
en manos del artista de que nos hablan los maestros espiritualistas
no da para tanto: ni el golpe ni la obra del artista son infalibles.
Punto 618. El enemigo: ¿obedecerás...
hasta en ese detalle "ridículo"? -Tú,
con la gracia de Dios: obedeceré... hasta en ese detalle
"heroico".
Contrapunto. Se puede obedecer hasta en detalles ridículos,
si no pasan de detalles, pero no es una obediencia heroica,
sino estúpida, hacer lo que va contra de la propia
conciencia.
Punto 619. Iniciativas. -Tenlas, en tu apostolado,
dentro de los términos del mandato que te otorguen.
-Si se salen de estos límites o tienes duda, consulta
al superior, sin comunicar antes a nadie tus pensamientos.
-Nunca olvides que eres solamente ejecutor.
Contrapunto. Iniciativas. Tú mismo has de ponerlas
en orden para que sean eficaces. Si surgen dudas o los caminos
escapan de los límites prefijados, consúltalo
con todos los que pueden orientarte, incluso con el superior.
No olvides que el hombre no es sólo un ejecutor. Esto
lo proclamaron bien alto los juicios de Nüremberg.
Punto 620. Si la obediencia no te da paz, es que
eres soberbio.
Contrapunto. Cuando la obediencia no te da paz, debe
de ser porque te has equivocado. Hay desobediencias que son
una infidelidad, pero no está bien que simplifiques
las cosas creyendo que toda desobediencia lo es.
Punto 621. Qué lástima que quien
hace cabeza no te dé ejemplo!... -Pero, ¿acaso
le obedeces por sus condiciones personales?... ¿O el
"obedite praepositis vestris" -"obedeced a
vuestros superiores", de San Pablo, lo traduces, para
tu comodidad, con una interpolación tuya que venga
a decir..., siempre que el superior tenga virtudes a mi gusto?
Contrapunto. Pudiera muy bien ocurrir que el que te
da una orden él mismo no la cumpla; pero precisamente,
porque hay que saber distinguir el contenido de esa orden
del hombre que la da, es de una frivolidad espantosa creer
que toda desobediencia estriba en el simple gusto o disgusto
personal.
Punto 622. Qué bien has entendido la obediencia
cuando me has escrito: "obedecer siempre es ser mártir
sin morir"!
Contrapunto. ¡Qué mal has entendido la
desobediencia cuando me dices que "obedecer siempre es
ser mártir sin morir"! Yo te diría, al
revés, que quien obedece siempre, sin discriminación,
muere sin posibilidad de poder ser mártir.
Punto 623. Te mandan una cosa que crees estéril
y difícil. -Hazla. -Y verás que es fácil
y fecunda.
Contrapunto. Te mandan una cosa que te parece estéril
y difícil. La haces y... efectivamente, no vale para
nada. ¿No te ha ocurrido alguna vez? ¿Ves cómo
la obediencia es más difícil de lo que nos han
enseñado?
Punto 624. Jerarquía. -Cada pieza en su
lugar. -¿Qué quedaría de un cuadro de
Velázquez si cada color se fuera por su sitio, cada
hilo de la tela se soltase, cada trozo, de madera del bastidor
se separase de los otros?
Contrapunto. Jerarquía. Cada pieza en su lugar,
ciertamente. Pero no te extralimites por un lado por miedo
de extralimitarte por el otro. Si desobedecer no quiere decir
suplantar al superior, obedecer tampoco significa anular la
persona del súbdito convirtiéndola en puro instrumento
de arbitrariedad.
Punto 625. Tu obediencia no merece ese nombre si
no estás decidido a echar por tierra tu labor personal
más floreciente, cuando quien puede lo disponga así.
Contrapunto. Las explicaciones de los maestros espirituales
sobre la obediencia son tan simples, que justifican a veces
"la explotación del hombre por el hombre".
Punto 626. ¿Verdad, Señor, que te
daba consuelo grande aquella "sutileza" del hombrón-niño
que, al sentir el desconcierto que produce obedecer en cosa
molesta y de suyo repugnante, te decía bajito: Jesús,
que haga buena cara!?
Contrapunto. Nunca me ha parecido trasladar las relaciones
de padre-hijo pequeño a las de autoridad-súbdito
adulto. Porque hay gato encerrado. Todos somos hijos de un
mismo Padre, se nos ha dicho. El meollo del concepto de obediencia
se ha de buscar, pues, por otros caminos.
Punto 627. Tu obediencia debe ser muda. Esa lengua!
Contrapunto. Tu obediencia no debe ser nunca muda.
Para algo te ha dado Dios la lengua.
Punto 628. Ahora, que te cuesta obedecer, acuérdate
de tu Señor, "factus obediens usque ad mortem,
mortem autem crucis" - obediente hasta la muerte, y muerte
de cruz!
Contrapunto. El motivo de la obediencia no puede ser
jamás: porque lo que mandan cuesta. Si es preciso,
hay que obedecer hasta la muerte, como Cristo. Pero a veces
lo que cuesta más es dejar de hacer lo fácil
que te mandan porque no está dentro del ámbito
de la justicia o de la verdad. Y éste es el verdadero
heroísmo.
Punto 629. Oh poder de la obediencia! -El lago
de Genesaret negaba sus peces a las redes de Pedro. Toda una
noche en vano. -Ahora, obediente, volvió la red al
agua y pescaron "piscium multitudinem copiosam"
-una gran cantidad de peces. -Créeme: el milagro se
repite cada día.
Contrapunto. El milagro de la pesca milagrosa no se
repite cada día, por la sencilla razón de que
no es Cristo mismo el que nos da órdenes semejantes
a la de echar la red de día cuando durante la noche
no hemos pescado nada. Hay que tenerlo en cuenta. El superior
ni es Dios ni es infalible.
Arriba
Anterior - Siguiente
Volver
a Libros silenciados
Ir a la página
principal
|